La sentencia dictada hoy por el Tribunal Supremo de los Estados Unidos sobre los programas de discriminación positiva de la Universidad de Carolina del Norte y la Universidad de Harvard tendrá importantes repercusiones generacionales en la comunidad empresarial, en particular para la diversidad de proveedores y los programas de diversidad empresarial que refuerzan las cadenas de suministro críticas y promueven el desarrollo económico en las comunidades desfavorecidas. Como director general y presidente del Consejo Nacional de Desarrollo de Proveedores Minoritarios (NMSDC), estoy profundamente preocupado por las ramificaciones de esta decisión.
La diversidad es la fuerza de Estados Unidos, pero durante demasiado tiempo la discriminación sistémica ha obstaculizado las oportunidades de las personas de color en la educación, el empleo, la sanidad, la empresa y la tecnología. Los programas de discriminación positiva han sido esenciales para fomentar la inclusión y las oportunidades económicas, reconocer los relatos históricos de las comunidades marginadas y abordar las desigualdades actuales.
Esta decisión supone una amenaza directa para las empresas propiedad de minorías y su prosperidad económica. Como inmigrante que llegó a Estados Unidos con recursos limitados y que se convirtió en directora ejecutiva de una organización nacional que aboga por el crecimiento de las empresas propiedad de personas de color, esta sentencia me toca de cerca. Es descorazonador presenciar el posible impacto negativo en una comunidad vibrante que aporta miles de millones de dólares a la economía estadounidense.
Sin embargo, esto sólo refuerza mi determinación de garantizar que todas las empresas de minorías tengan la dignidad económica para alcanzar el sueño americano y lograr nuestro objetivo de conseguir $1 billón en ingresos anuales para nuestras MBE certificadas. El NMSDC continuará con su legado de más de 50 años de defensa del acceso al sueño americano para las empresas de minorías (MBE). Nuestro éxito es histórico e inigualable, conectando a más de 15.000 MBE con más de 1.700 corporaciones, lo que se traduce en $482,1 billones en producción económica anual, sosteniendo 1,8 millones de puestos de trabajo, con $136,4 billones en salarios totales ganados. Los efectos perjudiciales de la desigualdad racial se extienden más allá de las comunidades afectadas.
A estudio reciente de Citi reveló que $16 billones se han borrado del PIB estadounidense en las dos últimas décadas debido a la discriminación. Este estudio subraya que la desigualdad racial tiene repercusiones tangibles y significativas en la producción económica de nuestro país, que nos afectan a todos. Hacemos un llamamiento a los líderes empresariales, a los responsables políticos y a los defensores de la causa para que se unan a nosotros a la hora de abordar los retos que plantea esta sentencia y de trabajar por una sociedad más equitativa e integradora. Juntos, podemos desmantelar las barreras sistémicas, promover la diversidad y la inclusión, y liberar todo el potencial de las personas de color y las empresas minoritarias sistemáticamente excluidas en beneficio de todos.